1. Retribuciones en especie: existen medidas para compensar, retener y estimular a los trabajadores pero sin que la empresa tenga que soportar un incremento de sus costes. Este tipo de retribuciones reducen la factura fiscal de los trabajadores a un coste razonable para la empresa. Normalmente, estas herramientas de compensación son muy bien valoradas por los trabajadores: comedores de empresa, cheques restaurante, seguros médicos privados, coches de empresa, cheques guardería, acciones de la empresa, transporte a la empresa, instalaciones deportivas, formación, planes de pensiones, subvenciones de estudios, etc.
2. Externalizar tareas y centrarse en el negocio: existen determinadas tareas que pueden ser rutinarias e incluso que nos pueden descentrar del negocio. Normalmente supone menores costes empresariales y pueden adaptarse a las necesidades reales del momento. Estos servicios pueden convertirse en un socio estratégico de la empresa.
3. Horarios inteligentes adaptados a las necesidades de la empresa, apostando por la conciliación de vida familiar y laboral. Conjugar productividad y conciliación de la vida familiar es posible. Permitir disfrutar a los empleados de algunos descansos ( viernes tarde, día de cumpleaños, Navidad, verano) puede servir de estimulante para una mejor productividad. Las grandes empresas se han hecho a base de trabajo, esfuerzo e ilusión pero en el siglo XXI no hay que mirar hacia otro lado cuando las nuevas generaciones valoran otros aspectos en su “paquete de compensación” como es el disfrute de tiempo libre para su ocio.
4. Trabajar por Objetivos. Esta medida permite poner retos a los empleados y puede servir de estimulante en su rutina diaria, estableciendo un porcentaje variable sobre el cumplimiento de objetivos.
5. Invertir en desarrollo y formación. Contribuir al desarrollo de los trabajadores mediante formación no sólo mejorará el rendimiento de los trabajadores sino que se hace obligatorio para el futuro de la empresa. Si además tiene implantado un sistema de evaluación de desempeño puede servir para el desarrollo individual de cada empleado.
6. Incentivos por rendimiento. Ya no vale el café para todos. Se debe compensar de forma diferente a aquéllos empleados que aporten mejor rendimiento y productividad a la empresa, Seguimiento individualizado del absentismo. Se trata no sólo de preocuparse por el trabajador, sino que realmente está demostrado que realizar un seguimiento, informar en términos, por ejemplo económicos, de cómo afecta a la empresa las bajas laborales y los accidentes reduce el absentismo laboral y mejora el control sobre la seguridad laboral.
7. Identificación de Potencial y Planes de carrera y sucesión. Tener identificados a los empleados con mejor potencial y desarrollo nos puede permitir visionar claramente planes de sucesión y de promoción de empleados, sirviendo además para establecer planes de carrera y de formación con ellos.
8. Evaluar el clima laboral. Esta medida nos permite conocer el ambiente laboral y nos sirve de reflexión para conocer si nuestros empleados están satisfechos. Lo importante no sólo es evaluarlo y medirlo sino que la empresa pueda trazar planes de mejora.
9. Marketing de empresa como reclamo de candidatos. Utilizar la imagen de empresa como reclamo en los procesos de reclutamiento y selección es una medida cada vez más popular. Los candidatos que se postulen a la empresa ya no sólo valoran el nivel salarial sino los incentivos no económicos y las acciones sociales que definen la cultura de la empresa.
10. Redes sociales. Adaptarse a la nueva cultura de comunicación es una obligación de la empresa. También los departamentos de RRHH deben estar ahí para captar la atención de las futuras generaciones.
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